Sean físicas o mentales las cicatrices, el crimen hiere a todos cuantos toca. Trae heridas y muerte. Envenena la mente y el alma. Y al final, tan sólo deja desesperación
Dibujos: Alex Ross
Tinta: Alex Ross Color: A color (Alex Ross)
Formato: Cartoné, 64 páginas
Fecha de publicación: 1999
Cuando Batman se encuentra con un niño cuyo padres han sido asesinados, ve un reflejo de sí mismo cuando era joven, en la encrucijada que le llevaría a entablar su eterna lucha contra el crimen. Este paralelismo le atormenta mientras examina la naturaleza del mal desde los callejones más oscuros de Gotham hasta las más lujosas oficinas de ejecutivos.
Segundo cómic de una serie de novelas gráficas con un formato especial que combinan aspectos del cómic y de los libros de ilustración. El prestigiosos guionista Paul Dini, ganador de varios premios Emmy y productor de las series de animación de Batman y Superman, une fuerzas con el talentosos Alex Ross, el ilustrador más aclamado y laureado del cómic actual. Grata sorpresa la que me he llevado tras acabar de leer este cómic. A pesar de no mantener ningún diálogo, la historia atrapa de principio a fin.
La historia comienza contando el origen de Batman, explicando las motivaciones que le hicieron convertirse en lo que es ahora. En una serie de viñetas se nos muestra desde el momento en que el murciélago hace su aparición en la ventana hasta que Bruce comenzó con su preparación física. Tras esto, la acción se sitúa en el cementerio en que descansan los padres de Bruce. Batman reflexiona sobre la labor que ha realizado durante todos estos años. En la siguiente página encontramos una viñeta a doble página fabulosa en la que vemos a Batman en lo alto de Gotham mientras los ciudadanos pasean por la ciudad. Batman explica en lo que la ciudad lo ha convertido. Es capaz de infundir el miedo en su objetivo, hacer desatar el pánico en sus adversarios, algo que, tal y como dice, le da ventaja. Después, se lleva a cabo la que, desde mi punto de vista, es posiblemente el mejor momento del cómic: Batman observando desde una gárgola como un policía deja ser sobornado por un criminal. En esta ocasión, el "hombre murciélago" no hace nada y contempla descorazonado cómo la justicia se vende.
Cambiando de rumbo, vemos a Bruce Wayne en una fiesta asegurando que el crimen también se lleva a cabo bajo el brillo de la riqueza y la educación. Se hace ver que los ricos pueden llegar a ser tan despiadados como la gente de la calle. Vemos a un Bruce Wayne avergonzado de la gente de la que se rodea. Mientras se encuentra en un coche, Bruce piensa en qué clase de hombre sería si no se hubiese convertido en Batman. Después le vemos en una especie de reunión en la que se discute sobre crear unas viviendas de lujo y locales de categoría sobre Bayside, actualmente un barrio marginal. El cerebro del proyecto es Randall Winters, el reflejo de lo que Bruce sería si no hubiese escogido ser un héroe. Bruce dice que ya se pensará si aceptar la idea. Por la noche, patrullando por Bayside, escucha unos disparos. Consigue pillar al culpable antes de comprobar lo sucedido. Tras esto, se dirige al lugar de donde provenían dichos disparos. Demasiado tarde, un matrimonio ha muerto y ha dejado huérfano a su hijo.
"Disparos, después una alarma. Arma en mano, un hombre huye de una tienda. Robo, posible asesinato. Le conduzco hacia el callejón. Es más fácil reducirlos en un espacio cerrado. Malgasta balas disparando a mi sombra, como esperaba. Cae en segundos, sollozando de miedo; ya no es ninguna amenaza. Los disparos me dijeron qué podía esperar. No me sorprende encontrar los cuerpos".
El niño huérfano, cuyo nombre es Marcus, es llevado a la ambulancia del forense. Batman ve un reflejo de él cuando sufrió lo mismo y asegura que la primera noche es la peor.
"Sean físicas o mentales las cicatrices, el crimen hiere a todos cuantos toca. Trae heridas y muerte. Envenena la mente y el alma. Y al final, tan sólo deja desesperación".
En otra noche diferente, Batman observa como unos chavales transportan unas cajas hacia un camión. Se trata de una banda local. Aprovecha un momento para tirar unas pequeñas bombas de gas que dificultan la visión de la banda. Tras detener a todos observa como Marcus, el niño huérfano, también forma parte de la banda. En esta ocasión, Batman lo deja huir. En una mañana, Brce reflexiona sobre si es la hora de efectuar cambios prescindiendo de la máscara. Se reúne con Randall, la persona que pretende llevar a cabo aquel proyecto. Bruce le explica que aceptará siempre y cuando implique una mejora en el barrio para la gente que aún vive allí. Tras conversar un rato más, Winters le dice que si lo que le preocupa es la seguridad, él conoce a unos policías que por un par de dólares pueden echar a los indeseables de la zona. Bruce sonríe mientras lucha por contener las ganas de molerle a puñetazos. Batman amenaza al dueño de un club y éste le da nombres y direcciones que quería.
"Noche tras noche, presento batalla contra el crimen, en cualquiera de sus formas. Ataco de repente y luego desaparezco, como una extensión vengadora de la oscuridad".
Una noche, observa como en un local de Bayside se está importando cocaína. Decide hacer su aparición y acabar con la banda. De nuevo se encuentra con Marcus. Éste lo amenaza con una pistola. Batman le explica que el pasó por situaciones parecidas y al final, el niño se derrumba. Bruce consigue mejorar las instalaciones del barrio, reanuda la producción de la vieja fábrica y consigue que el barrio comience a florecer. Después hace una visita a Winters que se encuentra en una piscina rodeado de mujeres. Tras una conversación, Bruce le advierte de que va a tener otras preocupaciones más urgentes. En ese instante llega Gordon y su patrulla y se lo llevan detenido.
"Sé que ésta es una guerra que nunca podré ganar del todo. Pero hay pequeñas victorias que me animan a seguir intentándolo. Si puedo salvar a un niño, puede que aún quede esperanza para muchos otros. Si empieza con una persona, y después con un barrio, entonces quizá la redención pueda extenderse a toda una ciudad, y quizá entonces, finalmente, me alcance a mí. He ayudado a Marcus a afrontar su dolor. Le llevará bastante tiempo, pero sé que al final lo dejará atrás. Quizá algún día yo también pueda dejar atrás el mío. Pero de momento, sigo esperando".
En definitiva, genial representación de Batman. Pocas veces he visto que un guionista haya expresado tan bien las inquietudes de Batman. Destaco la forma en la que Dini narra las motivaciones que le llevan a Bruce a convertirse en Batman noche tras noche. Nos muestra que Batman jamás se rendirá para conseguir sus objetivos, ni en los más complicados casos (una idea que también nos ha demostrado más recientemente Neil Gaiman en "¿Qué le Sucedió al Cruzado Enmascarado?"). Realiza una crítica muy realista de los altos cargos. La prepotencia con la que la mayoría tratan al resto de la sociedad. Destaco el momento en el que el policía es sobornado.
En el apartado gráfica me encuentro con un Alex Ross pletórico que sabe captar en cada momento lo que Dini quiere transmitir al lector. No exagero al decir que he llegado a ver dos de las mejores páginas dobles de un cómic de mi vida. Tan solo me resultaron confusas dos o tres viñetas en las que pienso que se podría haber esforzado un poco más.
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