La historia de Batman en la radio

Si en el pasado programa de Desde la Cueva Interminable nos dedicábamos a hablar de la etapa de Batman en los periódicos, para el reciente programa 17 de nuestro podcast dedicado al mundo del Caballero Oscuro hemos querido reservar un espacio para hablar de la historia de Batman en la radio. Nuevamente he querido recopilar todo lo dicho en el programa y trasladarlo a esta entrada.

En la década de los años 40, cuando la televisión aún no había sido demasiado desarrollada y sólo unos pocos países disponían de este aparato, la radio era el mejor medio de entretenimiento. Por aquel entonces se estilaban las llamadas series de radio, historias interpretadas por diferentes actores que prestaban su voz para los personajes, a los que había que sumar música y efectos de sonido con los que el oyente podía imaginar las situaciones que ese momento se estaban dando.

En 1940 llega Las aventuras de Superman, una serie de radio basada en el popular personaje de la editorial DC Comics y que por aquel entonces ya gozaba de cierta popularidad. Esta serie se transmitía habitualmente por la tarde y estaba orientada a un público juvenil, motivo por el cuál cada capítulo -de aproximadamente 15 minutos de duración- se emitía después de que acabaran las clases, alrededor de las cinco de la tarde.

Lo más recordado de este serial radiofónico es muy probablemente la manera en que comenzaba cada emisión:

"¡Más rápido que una bala!, ¡Más potente que una locomotora!, ¡Capaz de saltar por encima de un edificio de un solo salto!”… “¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, es… ¡Superman!... 

Así es, el mismo mensaje que terminaría por usarse en los famosos cortometrajes de los Hermanos Fleischer.

En 1943 se intenta crear un nuevo serial, en esta ocasión protagonizado por Batman y Robin. Sin embargo las aguas no llegaron a buen cauce y el proyecto se canceló, tal y como sucedería años más tarde en 1950. Debido a este motivo, en 1945, se decide que el Dúo Dinámico haga su aparición en Las aventuras de Superman. Matt Crowley sería el encargado de prestar su voz al Cruzado Enmascarado, mientras que Ronald Liss se encargaría de hacer lo propio con el Chico Maravilla.

No era la primera vez que veíamos juntos a estos héroes. En 1941 salió una serie de cómics de nombre World's Finest que reunía al Hombre de Acero con Batman y su fiel aliado contra el crimen. La incursión de estos dos héroes en el programa sentó bien al público oyente, motivo por el cual sus apariciones se convirtieron en algo habitual.

Las aventuras de Superman concluyó en 1951, tras once años de emisión. Actualmente están a la venta varios CDs, DVDs y cassettes que recopilan los capítulos de este clásico serial.

Tenemos que dar un enorme salto temporal -hasta 1989- para poder hablar de otra adaptación de Batman en la radio. Fue en una historia de 43 minutos de duración titulada Batman: The Lazarus Syndrome (Batman: El síndrome de Lázaro). En esta ocasión se retransmitió por el Canal 4 de la BBC, y pretendía ser un homenaje hacia el personaje, pues por aquel entonces cumplía 50 años. La historia, ubicada entre los acontecimientos vistos en Una Muerte en la Familia y La Broma Asesina, posee muchas referencias a historias clásicas de Batman en los cómics como, por ejemplo, Año Tres o El Hijo del Demonio. Bob Sessions fue el encargado de actuar en nombre de Batman.

Unos años después, en 1994, llega al Canal 1 de la BBC un nuevo serial del personaje que posteriormente saldría a la venta en cintas de audio y CDs. El hombre fue Batman: Knightfall (igual que la famosa historia del cómic), y se considera una secuela de Batman: The Lazarus Syndrome, el anterior serial que comentábamos.

Bob Sessions repetiría como Batman mientras que Daniel Marinker sería el encargado de hacer la voz de Robin. La gran sorpresa fue la participación de Michael Gough como Alfred Pennyworth, papel que ya había interpretado previamente en las películas Batman (1989) y Batman Returns (1992).

Y aquí acaba el repaso a la historia de Batman en la radio. Una etapa del personaje que a pesar de no contar con demasiada fama merecía un reconocimiento por nuestra parte.